Submarino alemán






Los submarinos alemanes iniciaron un bloqueo sobre las islas Británicas en febrero de 1915. El hundimiento de las naves aliadas causó un gran número de bajas, al abandonarse el principio por el cual se permitía la evacuación de las naves civiles antes de su hundimiento. En mayo, un submarino alemán torpedeó al Lusitania, un vapor de pasajeros británico. Éste se hundió en menos de 20 minutos frente a la costa meridional de Irlanda, y fallecieron 1.198 civiles, entre los que se encontraban 128 estadounidenses. El incidente estuvo a punto de anticipar la intervención de Estados Unidos en el conflicto mundial, que se produjo en 1917.


martes, 8 de febrero de 2011

Los Torpedos






Torpedo, arma submarina autopropulsada, cargada con explosivos y equipada con un sistema interno de guía que controla dirección, velocidad y profundidad. Un torpedo típico tiene forma de puro, mide unos seis metros de largo, 53 centímetros de diámetro y pesa 1.361 kilogramos. Los torpedos son el arma principal de los submarinos. Durante la II Guerra Mundial los torpedos fueron también las principales armas de los torpederos de patrulla (PT, del inglés patrol torpedo boat). Además, los buques y aviones antisubmarinos también están equipados con torpedos.
Los torpedos modernos se clasifican en torpedos eléctricos y torpedos de vapor. Los torpedos de vapor alcanzan velocidades de 25 a 45 nudos y distancias de 4.367 a 27.350 metros. Sus cuatro componentes principales son la cabeza, la sección del depósito de aire, la sección posterior y la sección de cola. La cabeza contiene de 181 a 363 kilogramos de explosivos. El depósito de aire forma una tercera parte del torpedo y contiene tanques de aire comprimido, de combustible y de agua para el sistema de propulsión. La sección posterior contiene las turbinas de propulsión y los dispositivos de control de la dirección y de la profundidad. La sección de cola contiene los timones, las válvulas de escape y las hélices. El torpedo eléctrico es similar al torpedo de vapor excepto que en lugar del depósito de aire hay una batería y en vez de turbinas un motor eléctrico. Dado que los torpedos eléctricos son más difíciles de detectar que los torpedos de vapor, cada vez se fabrican más.
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LANZAMIENTO
Hay diferentes métodos de lanzamiento. Un submarino tiene cañones fijos en la proa y la popa, desde los que se expulsan los torpedos por aire comprimido. Esto se puede hacer con el submarino en la superficie o sumergido. Los barcos también tienen cañones similares a los de los submarinos, pero éstos se pueden apuntar con independencia de la orientación del barco. El torpedo se lanza haciendo explotar una carga de pólvora. Los aviones pueden dejar caer torpedos desde trampillas especiales mientras vuelan a baja altitud. Los PT, ya obsoletos, lanzaban torpedos desde rampas de lanzamiento que los dejaban caer en el agua.
Por lo general, los torpedos se orientan hacia su objetivo vigilando de forma electrónica los ruidos submarinos. Algunos se dirigen hacia el ruido que produce el barco o el submarino y otros emiten impulsos de sonido y se dirigen hacia los ecos que proceden de su objetivo. Los torpedos estallan al golpear el casco de su objetivo o emplean un sensor magnético para explotar cerca de la nave enemiga. La fuerza de la explosión puede hundir el barco o el submarino o debilitar tanto su estructura que las turbulencias marinas acaben por partirlo.
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DEFENSAS CONTRA LOS TORPEDOS
Se han utilizado varios tipos de medidas contra los torpedos tanto en los puertos como en el mar. Las redes antitorpedo, fabricadas con anillos de acero entrecruzados, protegen de modo eficaz los barcos anclados. Algunos grandes barcos tienen en la parte externa del casco cámaras llenas de aire, combustible o agua. Estas cámaras pueden absorber la mayor parte de la onda expansiva del torpedo sin que produzca resultados catastróficos. Todos los barcos militares, y algunos comerciales, están divididos en compartimentos, con lo que las zonas dañadas pueden cerrarse evitando así el hundimiento del barco. Sin embargo, las naves pequeñas no disponen de estos sistemas y se ven obligadas a detectar el torpedo si quieren evitar un desastre. La mayor protección se la proporcionan los sistemas detectores llamados radar y sonar, que indican la presencia de naves o aviones enemigos.
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HISTORIA
Hasta la última parte del siglo XIX, el término torpedo se refería más bien a los dispositivos explosivos colocados o remolcados que hoy en día se llaman minas. Las primeras minas se usaron durante el asedio español de Amberes en 1585. En 1776, el inventor estadounidense David Bushnell construyó un torpedo que utilizó en un intento fallido de hundir un barco británico anclado en el puerto de Nueva York. El ingeniero estadounidense Robert Fulton hundió un pequeño barco en la costa de Brest (Francia) en una demostración de un torpedo similar. Sin embargo los torpedos colocados o remolcados acabaron por desaparecer frente a los autopropulsados. El primero de éstos fue desarrollado por el ingeniero inglés Robert Whitehead en 1864. Este torpedo se propulsaba gracias a un motor, alcanzaba una velocidad de 15 a 20 nudos y tenía un alcance de 914 metros. Transportaba 15 kilogramos de explosivos y podía prepararse para viajar de 1,5 a 4,5 metros bajo la superficie del mar.
El Mark 48 es uno de los torpedos más modernos de la Armada de Estados Unidos. Dispone de capacidades mejoradas contra los nuevos submarinos de inmersión rápida. Tiene un alcance de 38 kilómetros y es la principal arma táctica de los submarinos nucleares de ataque. Se lanza desde los cañones de proa y, durante la mayor parte de su trayecto, se guía hacia el objetivo gracias a las órdenes que recibe mediante un alambre que se desenrolla detrás de él. Después se dirige hacia el objetivo gracias al sonar.


El invento de los Sistemas de misiles y de teleguiado






En esta zona de guerra se muestran tres tipos de misil. El misil que tiene a los helicópteros como objetivo es un misil teledirigido. Haces detectores de radar supervisan la posición del misil y de sus objetivos. La información del radar va a una central de control donde un ordenador o computadora la procesa y envía una señal de radio al misil para modificar su trayectoria. El misil aire-aire de la esquina superior derecha es sensible al calor: su dispositivo de teleguiado le hace dirigirse hacia el rastro de calor que el avión objetivo va dejando. El misil disparado hacia el carro de combate desde el silo de lanzamiento de abajo a la izquierda es un misil balístico. Como no tiene sistema de guía, un misil balístico sigue una trayectoria determinada por el ángulo con el que es disparado.


El invento de los Misiles






Misil de lanzamiento aéreo
Los misiles de lanzamiento aéreo se dirigen hacia otros objetivos aéreos o terrestres. Este avión F-15 dispara un misil de combate en vuelo.


Misiles, proyectiles aéreos autopropulsados por motores a reacción de carburante líquido o sólido. Los misiles pueden ser guiados o no y pueden transportar cabezas explosivas convencionales (para atravesar blindajes o destruir aviones y helicópteros), o cabezas nucleares (para atacar objetivos tan amplios como grandes masas de población).
Durante la II Guerra Mundial, tanto el Eje Roma-Berlín-Tokio como los aliados desarrollaron misiles para atacar objetivos aéreos y terrestres. El arma que tendría una influencia más profunda en el diseño y en el desarrollo de los misiles de la década de 1950, fue el cohete alemán V-2. Se trataba de un misil de carburante líquido de 14 metros de largo y con una cabeza explosiva de 730 kilogramos. Alcanzaba velocidades supersónicas y una altitud de 80 kilómetros. Los alemanes dispararon sobre Londres, Amberes y Lieja entre septiembre de 1944 y marzo de 1945 unos 5.000 V-2.
Un proyectil más sencillo, el V-1, fue lanzado en 1944, desde bases fijas en Francia hacia el sur de Inglaterra. Se trataba de una bomba sin piloto, propulsada por un estatorreactor, que producía un característico ruido seco en vuelo. Viajaba a unos 363 kilómetros por hora a 1.216 metros de altura hasta una distancia prefijada máxima de 240 kilómetros que más tarde se amplió a 400 kilómetros. En ese momento el motor se paraba, con lo que caía en picado, para hacer explosionar su cabeza explosiva con una tonelada de peso. Se produjeron en serie unos 35.000 V-1 y V-2. Se lanzaron 9.521 sobre Inglaterra, de los que 4.621 fueron destruidos por aviones y fuego antiaéreo. Amberes también fue bombardeada por 6.551 V-1 de los cuales 2.455 fueron destruidos por fuego antiaéreo. Ni el V-1 ni el V-2 disponían de un sistema de guía demasiado efectivo, pero como se dirigían hacia ciudades con una gran extensión tampoco representaba un serio problema.
El sistema de guía para los misiles modernos puede ser activo, semiactivo o pasivo. El sistema activo emplea de forma habitual un radar a bordo, que permite que el misil se aproxime al objetivo siguiendo las señales de radar reflejadas. Los sistemas semiactivos se componen de un receptor, que permite al misil dirigirse hacia un objetivo del que recibe señales de radar o energía láser, que el que lo haya lanzado hace incidir en el objetivo. Los misiles pasivos se dirigen hacia el calor generado por el objetivo que en la mayoría de los casos es el motor a reacción de un avión. Los misiles también pueden tener un sistema de guía por órdenes. En este caso pueden dirigirse por señales de radio o mediante haces de radar o de láser.
Hay muchos tipos de misiles: los misiles guiados anticarro de corto alcance, que fueron usados por primera vez en 1973 durante la guerra entre Israel y Egipto; los misiles balísticos de alcance intermedio con cabezas explosivas convencionales, y los misiles balísticos intercontinentales (ICBM, del inglés 'Intercontinental Ballistic Missiles') que llevan cabezas nucleares. Los misiles ICBM pueden dispararse desde submarinos sumergidos o desde silos de cemento reforzado en tierra. Estos misiles se llaman balísticos porque su trayectoria es curva. Se diseñaron para llevar cabezas nucleares; al principio, en los años 1950, sólo una. En la década de 1970 se inventaron los Misiles de Reentrada Múltiple (MRV) que podían enviar varias cabezas nucleares, pero también se construyeron los misiles de Cabezas y Objetivos Múltiples (MIRV) que disponían de cabezas falsas y podían atacar varios objetivos muy separados. Los Misiles Reentrantes Maniobrables con objetivo alternativo (MARV) transportan cabezas explosivas que disponen de su propio cohete y ordenador, con lo que tiene más posibilidades frente a un sistema antimisiles.
Los misiles de crucero, de los que el V-1 es un ejemplo primitivo, pueden dispararse desde tierra, mar o aire. Se parecen a un pequeño avión con un radar para detectar el terreno y un ordenador a bordo. Se desplazan siguiendo una trayectoria preprogramada de baja altitud a través del territorio enemigo. Los misiles de crucero equipados con una cabeza convencional se usaron por primera vez contra Irak en 1991 en la guerra del Golfo Pérsico.
Los misiles que se disparan desde tierra contra objetivos en tierra se llaman misiles tierra-tierra. Los misiles que se disparan desde tierra contra aviones o misiles se llaman misiles tierra-aire. De este tipo son el SAM 7 y el Stinger, que pueden ser transportados por una sola persona; los más pesados se instalan sobre ciertos vehículos o se remolcan en camiones. Estos misiles también forman parte de la defensa de los barcos de guerra.
Los misiles aire-aire se llevan en los aviones de combate para atacar a otros cazas de combate o bombarderos hostiles. Uno de los misiles aire-aire más eficaces es el AIM-9 Sidewinder; se guía por el calor y fue usado por primera vez en la guerra de Vietnam. Los misiles también pueden dispararse desde aeronaves para destruir objetivos en tierra como los radares enemigos que pueden estar detectando a un avión o guiando misiles tierra-aire hacia la aeronave. Estos misiles antirradar, usados por primera vez en la guerra de Vietnam, se guían por el haz del radar para destruir la estación de radar mientras ésta siga transmitiendo. Algunos misiles aire-tierra no son guiados y como son de menores dimensiones se disparan por salvas o por oleadas hacia el objetivo terrestre.
Los misiles aire-tierra pueden dispararse desde aviones o desde barcos. Como vuelan muy cerca de la superficie del mar es difícil detectarlos por radar. El primer buque hundido por un misil tierra-tierra fue el destructor israelí Eilat, atacado por barcos lanzamisiles egipcios de clase Ossa, armados con misiles Styx de diseño soviético. Algunos torpedos antisubmarinos se componen de un misil que transporta un torpedo con cabeza buscadora hasta las cercanías del submarino.

El invento de la Guerra submarina






Submarino nuclear
Los submarinos nucleares consumen pequeñas cantidades de energía y apenas hacen ruido. Dado que transportan con ellos su fuente de energía, pueden viajar al menos unos 640.000 kilómetros sin repostar. El reactor nuclear proporciona energía en forma de calor, que después se convierte en electricidad gracias a los generadores de la sección de motores. Una hélice propulsa al submarino a través de las aguas y unos timones horizontales o de inmersión guían al submarino en sus maniobras. El periscopio y las demás cámaras montadas en la torreta proporcionan a la tripulación información sobre la superficie, mientras que el submarino permanece a salvo sumergido. Un submarino moderno es capaz de transportar varios misiles, torpedos o cabezas nucleares que pueden ser disparados bajo el agua hacia objetivos a distancia de varios miles de kilómetros.


Guerra submarina, operaciones militares bajo la superficie del mar. La aparición de armas nucleares lanzadas desde submarinos y de los submarinos nucleares a finales de la década de 1960, cambió el carácter de la guerra submarina. Hasta entonces, los submarinos utilizaban motores diesel y se construían con el propósito de atacar el transporte comercial y naval. La primera nave submarina efectiva fue utilizada en la Guerra Civil estadounidense, cuando un buque a vapor semisumergible confederado lanzó un torpedo contra un navío blindado de la Unión. El desarrollo de la propulsión y de los torpedos durante los siguientes cincuenta años permitió que al estallar la I Guerra Mundial todas las principales potencias navales contaran con navíos sumergibles con tripulaciones de hasta 35 hombres, con una velocidad de 16 nudos en superficie y 10 sumergidos, y 4 tubos de torpedos que podían recargarse bajo el agua. A partir de 1917, la Marina Imperial Alemana mantuvo sus ataques sin restricción alguna contra los buques mercantes aliados, para conseguir el bloqueo de Gran Bretaña. Los alemanes repitieron esta táctica en la II Guerra Mundial, pero esta vez los submarinos alemanes (U-boats) se agruparon para atacar los convoyes aliados de buques mercantes. Aunque los ataques de U-boats significaron una enorme presión sobre los buques británicos, el combinado de tácticas de acción antisubmarina y la penetración en el sistema de señales, dio la victoria a Gran Bretaña en la batalla del Atlántico. La marina estadounidense utilizó una táctica similar de bloqueo submarino en el Pacífico contra Japón, con el resultado de que en 1945 Japón había agotado todas sus reservas, al no haber buque japonés que pudiera superar el bloqueo.
Los Estados Unidos introdujeron la primera nave nuclear en 1955. Contaba con una planta regeneradora del ambiente y sistemas de comunicación y navegación capaces de alcanzar elevadas prestaciones. Los submarinos nucleares pueden permanecer sumergidos durante periodos indefinidos y, una vez dotados de misiles balísticos intercontinentales (Intercontinental Ballistic Missiles -ICBMs) de lanzamiento submarino, se convirtieron en el buque de guerra por excelencia del final del siglo XX (véase Misiles teledirigidos).
El ataque a submarinos nucleares es el objetivo prioritario para un nuevo tipo de navíos más pequeños llamados 'submarinos de caza y muerte'. Estos submarinos utilizan el sonar, un aparato que percibe el ruido de los motores del submarino para localizar su presa. La amenaza de tales embarcaciones y su dependencia del sonar hicieron que los diseñadores crearan motores menos estridentes así como buques más rápidos. Cuando un navío de caza y muerte localiza un objetivo dispara un torpedo guía, que sigue al submarino hasta que se produce el impacto y la explosión. Algunos torpedos guía utilizan el sonar y otros la guía electrónica, de modo similar al de los misiles terrestres anticarro. Estos torpedos pueden emplearse también contra objetivos de superficie como buques mercantes o de guerra. Los torpedos modernos son muy veloces y pueden ser programados para explotar al chocar contra el casco del buque o bajo el buque destruyendo su quilla.
Un ejemplo notable de guerra submarina en el siglo XX fue el hundimiento del crucero argentino General Belgrano por el HMS Conqueror en 1982 durante la Guerra de las Malvinas. En ella, el submarino argentino Santa Fe fue atrapado en la superficie, cerca de South Georgia y desmantelado con misiles y fuego de ametralladoras.
La guerra antisubmarina se realiza mediante submarinos, buques de superficie y aviones. Los submarinos se pueden detectar suspendiendo un sonar de un helicóptero en vuelo rasante, imposible de detectar por un submarino en inmersión. Los torpedos guía pueden lanzarse desde buques o desde aviones; también se puede combinar un misil con un torpedo, para dispararlo contra un submarino a muchas millas de distancia. Aunque la amenaza de la colosal flota de submarinos de la antigua Unión Soviética ha desaparecido, las pequeñas naciones marítimas que sólo cuentan con un pequeño número de buques pueden ser una amenaza para las rutas marítimas.


El invento de los Misiles teledirigidos






Misiles teledirigidos, proyectiles aéreos autopropulsados, guiados en vuelo hacia un blanco mediante control remoto o por mecanismos internos. Los misiles teledirigidos varían en tipo y en tamaño, desde los grandes misiles balísticos estratégicos con cabezas nucleares, a los pequeños cohetes portátiles llevados por soldados. Aunque la mayoría son armas militares dotadas de explosivos, otros pueden contener instrumentos científicos para recoger información en la atmósfera terrestre o por encima de ella.
Los misiles teledirigidos constan de tres sistemas diferentes: la fuente de energía, el mecanismo de guía y control, y el armamento o carga. Las fuentes de energía son, por lo general, motores de cohetería autosuficientes o mecanismos de propulsión a chorro, aunque también pueden ser planos aerodinámicos o cargas, para el lanzamiento desde rampas o tubos. Los sistemas de guía y control utilizados dependen del tipo de misil y de la naturaleza del objetivo. Los sistemas de guía inerciales perciben la posición de la trayectoria de vuelo en relación con un blanco fijo; otros sistemas de guía usan una variedad de sensores más activos en apoyo de la dirección del misil hacia un blanco en movimiento. Las cargas son, por lo general, secciones explosivas diseñadas para misiones específicas, como la penetración de blindajes o la destrucción de áreas urbanas.
Los misiles teledirigidos utilizados antes de la II Guerra Mundial se limitaban a prototipos aéreos sin piloto controlados por radio. Sin embargo, durante la guerra, la rapidez de los avances tecnológicos en campos como la aerodinámica, la electrónica, la propulsión de los cohetes y el radar, los servomecanismos, los sistemas inerciales de guía y control, y las estructuras aerodinámicas, condujeron a la construcción, experimentación y, por último, producción masiva de los misiles modernos.
Los misiles teledirigidos actuales se agrupan en cinco categorías según la relación lanzamiento-blanco: superficie-superficie, superficie-aire, aire-superficie, aire-tierra y aire-aire. La palabra 'superficie' significa en cada caso tanto la superficie del mar o la tierra como el espacio por debajo de ella. Los misiles también se pueden agrupar por su área de operación: los misiles tácticos son utilizados por las fuerzas militares en combate directo en el campo de batalla o por encima del mismo; los misiles de apoyo se utilizan detrás del área más importante de combate; los misiles estratégicos están diseñados para la guerra intercontinental. Los misiles también se pueden distinguir por sus características de vuelo: los aerodinámicos se sustentan en vuelo por la presión del aire sobre su superficie de cuerpo y ala, de un modo similar al de los aviones con piloto convencionales; para mantenerse en el aire, los misiles balísticos dependen en exclusiva de su fuente de energía interna, por lo común un mecanismo de cohetería. Los misiles aerodinámicos se mueven casi siempre sobre una línea recta o en una trayectoria baja hacia su blanco, y los misiles balísticos son en la mayoría de los casos armas de superficie-superficie, que siguen trayectorias curvas o arqueadas similares a las de los proyectiles de artillería.
2
MISILES SUPERFICIE-SUPERFICIE
Los primeros misiles guiados con éxito fueron las armas alemanas V- 1 y V- 2 lanzadas sobre Amberes y Londres durante la II Guerra Mundial. La V-1, o bomba volante, era un misil aerodinámico impulsado por un pulsorreactor con un sistema de guía preinstalado que podía percibir las desviaciones correctas en altitud y dirección. Su alcance medio era de unos 240 kilómetros, tras los que el misil entraba en barrena y detonaba sobre el impacto una tonelada de explosivo de alta potencia. Por otro lado, la V-2 era un auténtico misil balístico abastecido con un combustible formado por alcohol y oxígeno líquido, que producía un impulso de 25.000 kilogramos durante casi un minuto después del despegue; con un alcance máximo de unos 320 kilómetros, la V-2 transportaba su carga explosiva de 730 kilogramos en una trayectoria arqueada hasta alcanzar una altura máxima de 95 a 110 kilómetros a una velocidad que superaba los 1.600 m/s. Ambos misiles eran imprecisos y sólo se utilizaron contra grandes ciudades. La V-1 podía ser destruida con relativa facilidad en vuelo mediante el ataque de cazas convencionales, pero no se disponía de defensa contra la V-2; además, los intentos aliados por destruir sus bases móviles de lanzamiento resultaron infructuosos. Los alemanes consiguieron lanzar unas 4.000 V-2 antes de que acabara la guerra. Los científicos alemanes también experimentaron misiles antiaéreos y antitanques guiados mediante telegrafía, aunque no llegaron a desarrollarlos.
Reconociendo el enorme potencial de los esfuerzos alemanes en misiles teledirigidos y balísticos, equipos de inteligencia aliados recorrieron Alemania en 1945 buscando datos técnicos, diseños y misiles, e interrogando a los científicos e ingenieros alemanes que eran claves en ese campo. Las potencias aliadas habían avanzado muy poco durante la guerra en ese terreno; sin embargo mostraron una gran rapidez al integrar los proyectos y los investigadores alemanes en sus propios programas, de modo que la mayor parte de la investigación de la posguerra se basó en lo realizado por Alemania durante la contienda. La V-2 alemana sirvió de hecho como prototipo para todos los grandes cohetes, misiles y cohetes espaciales construidos en Estados Unidos y la Unión Soviética.
2.1
Misiles estratégicos
Tras la II Guerra Mundial, la política defensiva estadounidense de disuasión estratégica pasó a depender de una gran flota de bombarderos de largo alcance, que podían lanzar precisos ataques nucleares estratégicos. Los planificadores de proyectos defensivos experimentaron también con misiles subsónicos similares a la V-1. A mediados de la década de 1950, sin embargo, tres procesos condujeron a la construcción del misil intercontinental balístico (ICBM: Intercontinental Ballistic Missile): el desarrollo de la bomba termonuclear, con un poder destructivo mucho mayor que el de la bomba atómica original; en segundo lugar, el rápido perfeccionamiento de los sistemas de guía inerciales para misiles balísticos y, por último, el desarrollo de mecanismos de propulsión para cohetes de múltiples etapas, lo que ampliaba en una gran medida su tamaño y alcance. En consecuencia, los misiles balísticos alcanzaron la fuerza y precisión suficientes para destruir blancos a 8.000 kilómetros de distancia. Atlas, el primer ICBM construido con éxito en Estados Unidos, fue sometido a prueba en 1959, seguido un año más tarde por el Titán. Ambos eran cohetes de múltiples etapas y combustible líquido que utilizaban impulsores a temperatura baja en extremo, que habían de añadirse antes de su lanzamiento. El ICBM estadounidense Minuteman (que entró en servicio en 1961) utilizaba combustibles sólidos almacenados dentro del misil, podía lanzarse con un breve aviso y se ubicaba en silos subterráneos. El misil estadounidense X o MX (también conocido como Peacemaker), desarrollado en la década de 1980, se diseñó para transportar una gran carga explosiva y podía lanzarse desde una plataforma móvil.
Los sistemas estadounidenses de lanzamiento estratégico sufrieron la evolución generada por el abandono de los lentos misiles aéreos, los cohetes con combustible líquido y los bombarderos pilotados con base en portaaviones, que fueron sustituidos por los ICBM Polaris, de dos etapas y con propelente sólido. Transportados en dos líneas paralelas de ocho, a bordo de grandes submarinos nucleares, estos misiles podían lanzarse desde debajo de la superficie del mar. Más tarde Estados Unidos reemplazó los Polaris por el ICBM Poseidon, de mayor alcance, y desarrollaron un ICBM nuevo, el Trident C-4, compatible con los nuevos grandes submarinos Trident. Los últimos ICBM del Ejército del Aire y la Marina de Estados Unidos, entre los que se encuentra el más reciente Trident D-5, transportan varias cabezas nucleares y tienen capacidad para atacar una serie de blancos diferentes.
 Estados Unidos volvió a utilizar el misil de crucero tanto para misiones tácticas como estratégicas; el Tomahawk (que así se denomina) puede lanzarse desde tierra, aire, nave o submarino contra objetivos tácticos de corto alcance, como barcos, o contra blancos estratégicos situados a varios kilómetros de distancia. La versión diseñada contra las embarcaciones convencionales se mueve a unos pocos metros sobre el nivel del mar hacia el blanco; después asciende, localiza el objetivo mediante sus propios sensores y realiza maniobras de elusión antes de zambullirse para su ataque final a gran velocidad. La versión terrestre de este misil también se mueve a escasa altura para evitar ser detectado por radar, guiado por un sistema de navegación interno que se acopla a las curvas de nivel del terreno. Algunos estrategas sostienen que los misiles de crucero aire-tierra han acrecentado en gran medida la efectividad de la fuerza estadounidense de bombarderos estratégicos pilotados.
2.2
Misiles tácticos
Los misiles teledirigidos tácticos superficie-superficie abarcan desde los cohetes antitanque portátiles manuales hasta los grandes misiles balísticos capaces de atacar aeropuertos, líneas de suministros y comunicaciones a cientos de kilómetros de los campos de batalla. Los misiles pequeños utilizan sistemas de guía visual que transmiten correcciones en la trayectoria de vuelo del misil mediante antenas o señales infrarrojas. En el proyectil teledirigido estadounidense Copperhead el blanco se marca por un destello láser sobre el campo de batalla; el misil se lanza después a varios kilómetros de la retaguardia y durante su vuelo busca el blanco marcado. Los misiles de apoyo en combate son de una escala mayor, que varía entre las armas balísticas como el Pershing estadounidense —prohibido por los términos del tratado INF de 1897 (véase Control internacional de armas)— hasta los misiles tácticos de crucero como el Lance estadounidense. Todos son móviles, transportan cargas nucleares o de altos explosivos y tienen un alcance de 160 a 640 kilómetros. Desde 1970 misiles de crucero de alcance medio similares, como el Harpoon estadounidense, han reemplazado a la artillería como el armamento más importante a bordo de buques de guerra, aunque el continuo desarrollo de los proyectiles teledirigidos y asistidos por cohetes puede revertir esta tendencia en el futuro.
3
MISILES LANZADOS DESDE EL AIRE
Los misiles teledirigidos aire-aire y aire-superficie son por lo general proyectiles cohete ligeros y de corto alcance, dotados de sofisticados sistemas internos de guía. Ambos tipos fueron probados por Alemania durante la II Guerra Mundial, y las bombas planeadoras alemanas guiadas por radio hundieron numerosos navíos aliados. Aunque estos primitivos misiles dependían del control y la localización óptica de aviones cercanos, la mayoría de los actuales misiles aire-superficie dependen, una vez lanzados, de su propio mecanismo sensor del blanco. Los estadounidenses Walleye y Maverick utilizan un sistema de televisión en miniatura, el Shrike sigue las emisiones de radar desde posiciones enemigas, y otros —como las bombas inteligentes utilizadas en el Sureste asiático— utilizan señaladores láser o infrarrojos del blanco para guiar al misil hasta su objetivo. La Unión Soviética desarrolló varias versiones de misiles similares a los de crucero estadounidenses, diseñándolos para su empleo contra buques, o como un sistema de lanzamiento nuclear para sus bombarderos estratégicos.
Los misiles teledirigidos aire-aire se usan para destruir aviones enemigos y son, por lo general, más pequeños, ligeros y rápidos. La mayoría utilizan sistemas de radar o infrarrojos para localizar el blanco y han reemplazado al fuego automático como principal armamento de los cazas. Como casi todos los misiles tácticos, su éxito depende, sin embargo, de la habilidad del operador (el piloto del avión en este caso) para identificar blancos enemigos visualmente o mediante el radar y maniobrar la plataforma de lanzamiento para situar el misil en las inmediaciones de un blanco móvil.
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MISILES SUPERFICIE-AIRE
Este tipo de misil se desarrolló para proteger áreas terrestres de ataques aéreos enemigos, en especial por parte de bombarderos a gran altura, que vuelan por encima del alcance de la artillería antiaérea convencional. Durante las décadas de 1950 y 1960 las perfeccionadas baterías de los Nike-Ajax y de los Nike-Hércules proporcionaron defensa aérea estratégica a Estados Unidos contra los bombarderos soviéticos de largo alcance. En consecuencia, con la sustitución de los bombarderos pilotados por ICBM, como principal sistema soviético de lanzamientos nucleares y la firma de un acuerdo entre Estados Unidos y la Unión Soviética para la limitación del despliegue de misiles antibalísticos defensivos, la mayor parte de la investigación y el desarrollo se dirigió a los misiles tácticos de superficie-aire, con un alcance menor, como medios de protección para unidades combatientes terrestres y buques de guerra contra misiles enemigos y aviones en vuelos a baja altura. La mayoría de los misiles aéreos de defensa utilizan diversos radares para localizar, rastrear y dirigir los misiles hacia aviones enemigos; la interceptación final se consigue mediante los sistemas de guía internos que lleva el propio misil. Algunos de estos misiles son armas aire-aire adaptadas para su uso por unidades terrestres; otros, como el Standard de la Marina estadounidense, pueden ser utilizados también contra blancos terrestres. Desde 1970 casi todos los principales países industrializados han desarrollado diferentes tipos de estas armas para cubrir áreas superpuestas en el campo de batalla. Un recién llegado es el misil antiaéreo manual y portátil, teledirigido por medios ópticos y con un sistema interno de rayos infrarrojos para el ajuste del blanco. Ha adquirido una mayor importancia el desarrollo de sistemas integrados del control del fuego para unidades terrestres, que permiten distinguir los aviones enemigos de los propios y aliados, dotándolos de los más adecuados sistemas de defensa aérea disponibles.
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CARGAS EXPLOSIVAS
Los misiles teledirigidos militares transportan cargas de explosivos de alta potencia o cabezas nucleares. Los misiles tácticos de corto alcance utilizan cargas explosivas de alta potencia cuyo efecto se produce a través de la fuerza del impacto y explosión o mediante la fragmentación. Los misiles antitanque, por ejemplo, dependen por lo general de la concentración del efecto explosivo para perforar o astillar el blindaje; las cargas utilizadas contra blancos menos protegidos (como los aviones) dependen en mayor medida de la fragmentación para producir el mayor daño posible. Las cabezas nucleares son armas de destrucción masiva transportadas sobre todo por los ICBM. Para acrecentar la efectividad de estos sistemas de lanzamiento de largo alcance se desarrollaron varios tipos de cargas explosivas; el vehículo para el registro de múltiples blancos independientes (MIRV: Multiple Independently Targeted Reentry Vehicle) lanza varias cabezas nucleares desde un único misil en vuelo; el vehículo impulsado por cohete con capacidad para el registro alternativo de blancos, permite cambiar el curso de una carga explosiva individual durante su propia caída. El acuerdo para el control de armas START II de 1993 prohibió todos los ICBM con MIRV. El sistema soviético orbital de bombardeo fraccional (FOBS: Fractional Orbital Bombardment System), permite que los misiles o las cargas explosivas se mantengan en la órbita terrestre antes de comenzar su caída. El FOBS proporcionó a los soviéticos la capacidad para lanzar un ataque masivo contra Estados Unidos desde cualquier dirección, en vez de depender de una ruta balística arqueada sobre el polo norte.
Las cabezas nucleares se utilizan también en diversas clases de misiles para la defensa aérea estadounidense con la intención de romper las formaciones de bombardeo masivo. La mayoría de los grandes misiles tácticos transportan también cabezas nucleares para la destrucción de concentraciones militares en el campo de batalla o, incluso, más allá. Durante la década de 1980, los misiles de crucero nucleares soviéticos aerotransportados o navales significaron una amenaza para las fuerzas de choque desplazadas por la Marina estadounidense.
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GUÍA Y CONTROL
Los misiles son dirigidos hacia los blancos mediante control remoto o por mecanismos de guía internos. Los misiles por control remoto están vinculados a un localizador del blanco, mecánico o humano, mediante antenas, radioseñales sin hilos o algún otro tipo de sistema de códigos; los mecanismos de guía internos cuentan con sensores ópticos, de radar, infrarrojos o de otro tipo, capaces de detectar las emisiones de electricidad, calor o luz del blanco. La mayoría de los misiles están dotados de unas alas o alerones que pueden utilizarse para dirigir durante el vuelo el curso del misil hacia el blanco. Los sistemas de guía inercial de los misiles balísticos son más complejos; la velocidad, inclinación, derrape y giro del misil se dirigen mediante giroscopios y acelerómetros, y la corrección de su rumbo se lleva a cabo con ligeras alteraciones del impulso del cohete, rebajándolo con paletas móviles o deflectores. En los grandes cohetes se utilizan también pequeños reactores externos para alterar la dirección.


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