jueves, 10 de febrero de 2011

Las Armas antiaéreas

Armas antiaéreas, cañones y proyectiles utilizados con carácter defensivo para destruir proyectiles y aviones enemigos durante su aproximación.
Antes de la II Guerra Mundial, el armamento antiaéreo consistía en los fusiles de fuego rápido que formaban parte del armamento corriente de la infantería y las ametralladoras de los calibres 30 y 50, montadas de un modo específico para el tiro directo contra blancos aéreos. Durante la II Guerra Mundial se desarrollaron cañones antiaéreos de 20, 37, 40, 90 milímetros, y 3 y 5 pulgadas para su uso contra aviones de vuelo alto. El fuego antiaéreo se hizo muy efectivo gracias a la invención de la espoleta de proximidad, un pequeño radar en la cabeza de una bomba que hacía detonar la carga en el momento en que la bomba podía resultar más eficaz contra el blanco. Para acrecentar la potencia de fuego, la Marina de Estados Unidos armó dos cañones antiaéreos de 20 milímetros, después dos de 5 pulgadas y más tarde dos de 40 milímetros y cuatro de 40 milímetros en cureñas únicas para el tiro simultáneo de todos los cañones montados. El Ejército estadounidense utilizaba cuatro ametralladoras del calibre 50 en una sola cureña, cuadriplicando su potencia de fuego. Los 'Cuatro 50' y los 'Gemelos 40' fueron utilizados de forma habitual contra blancos terrestres y aéreos durante las guerras de Corea y Vietnam.
Los cañones antiaéreos de la II Guerra Mundial apuntaban a simple vista. Para aumentar la precisión del tiro se desarrollaron sistemas de rastreo y puntería automáticos hasta llegar, después de la contienda, a los sistemas dirigidos por radar que apuntaban y disparaban los cañones de forma automática.
El desarrollo de proyectiles impulsados por cohetes posterior a la II Guerra Mundial significó una nueva dimensión para la defensa antiaérea. Se desarrollaron muchísimos proyectiles tierra-aire capaces de interceptar aviones y proyectiles balísticos aproximándose a sus blancos a velocidad supersónica. Los misiles defensivos pasaron a ser guiados por aparatos infrarrojos que eran atraídos por el calor generado por los blancos o por receptores de radar que guiaban por sistemas electrónicos al proyectil.
El Ejército de Estados Unidos comenzó a desarrollar proyectiles antiaéreos en 1945. El primer proyectil desplegado fue el Nike Ajax en 1953, seguido poco después por el Nike Hércules; ambos fueron diseñados para proporcionar una defensa de largo alcance contra proyectiles y aviones enemigos.
Después se desarrolló el proyectil Hawk para la defensa aérea táctica de corto alcance. Sucesor de los Nike Hércules y de los sistemas Hawk, el proyectil Patriot es un arma móvil concebida para la defensa aérea de alcance medio a largo. Los proyectiles Patriot desplegados en Israel y Arabia Saudí, interceptaron los proyectiles Scud lanzados por Irak durante la Guerra del Golfo.
Para la defensa aérea inmediata se han desarrollado armas automáticas y proyectiles de corto alcance. El Ejército de Estados Unidos utiliza cañones automáticos Vulcan de 20 milímetros combinados con los proyectiles Chaparral, guiados por el calor del blanco, para la defensa aérea inmediata. Durante la década de 1970 Estados Unidos y la Unión Soviética desarrollaron proyectiles contra aviones supersónicos; el Redeye estadounidense era un proyectil guiado por el calor que podía ser disparado por una persona. En la década de 1980 el Redeye fue sustituido por el Stinger. El versátil sistema británico Rapier, para la defensa aérea, puede lanzar un proyectil taladrante a una distancia de 6,4 km con una velocidad superior a match 2, y mostró una gran eficacia para la defensa aérea durante la guerra de las Malvinas.


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