Gas natural
Gas natural, mezcla de gases entre los que
se encuentra en mayor proporción el metano. Se utiliza como combustible para
usos domésticos e industriales y como materia prima en la fabricación de
plásticos, fármacos y tintes.
La proporción en la que el metano se
encuentra en el gas natural es del 75 al 95% del volumen total de la mezcla
(por este motivo se suele llamar metano al gas natural). El resto de los
componentes son etano, propano, butano, nitrógeno, dióxido de carbono, sulfuro
de hidrógeno, helio y argón. Antes de emplear el gas natural como combustible
se extraen los componentes más pesados, como el propano y el butano.
Aunque existen yacimientos que
proporcionan exclusivamente gas natural, éste va casi siempre asociado al
petróleo en sus yacimientos, y sale a la superficie junto a él cuando se
perfora un pozo. Sin embargo, el desarrollo del gas natural se realizó con
posterioridad al uso del petróleo. El gas natural que aparecía en los
yacimientos se quemaba como un residuo más, ya que, a pesar de su enorme poder
calorífico, no se podía aprovechar por los problemas que plantea su
almacenamiento y transporte. No puede ser licuado simplemente bajo presión
porque su temperatura crítica, 190 K, es muy baja y, por tanto, debe ser
enfriado hasta temperaturas inferiores a ella antes de licuarse (véase Punto
crítico). Una vez licuado debe ser almacenado en contenedores muy bien
aislados, y su transporte se realiza por tuberías fabricadas con materiales y
soldaduras especiales para resistir grandes presiones.
El gas natural se utiliza como combustible
doméstico e industrial, además de por su gran poder calorífico, porque su
combustión es regulable y produce escasa contaminación. También se emplea como
materia prima en la industria petroquímica en la obtención de amoníaco,
metanol, etileno, butadieno y propeno.
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